Hace unos días nuestro presidente del Gobierno ha calificado como “luminosa” la II República española. Lo ha hecho con el aplomo que es propio de quien mantiene una distancia higiénica de los libros y de la lectura y, al mismo tiempo, una cercanía intelectualmente arrasadora a los tópicos y a los tuits. Repasemos algunos ingredientes de aquella experiencia. Puede decirse que la preocupación más acuciante de los gobernantes republicanos fue el mantenimiento del orden público, la seña de identidad másLee el resto…