El primer ministro indio ha prometido hace poco en el parlamento de aquél país retretes a seiscientos millones de compatriotas. Aunque las penurias que sufren los pobres del mundo son conocidas y deben siempre interpelar nuestras conciencias, lo cierto es que, cuando nos tropezamos con la desnudez de noticias como esta, percibimos con mayor nitidez aquellos elementos de nuestras vidas a los que no prestamos atención y que, sin embargo, son claves para desempeñarnos como homínidos. ¡Ah, el retrete! LugarLee el resto…