Antiguamente, para entrar a trabajar en una empresa, se hacía a los aspirantes pasar la prueba de un dictado y de una regla de tres y, si se trataba de un puesto de alta dirección, era preciso además resolver una raíz cuadrada, lo que siempre fue una de las torturas más diabólicas perpetradas por la Humanidad. Todo ello sin la ayuda de máquina calculadora, contando con los dedos, como los castizos. Si lo que quería el aspirante era ingresar deLee el resto…