Las novelas son el tic-tac del corazón de un país.
Las novelas son el tic-tac del corazón de un país.
El montón, cuando es educado, trata de usted a la montaña.
La estupidez del prójimo se mide por el tiempo que pasa al móvil.
Las palabras están deseando salir de ese catafalco que es el diccionario para vivir, saltar, enamorarse y viajar en las novelas.
La envidia es la cornamenta del hombre. Con ella embiste.
El mundo solo será libre cuando los suizos inventen el reloj sin horas.
El Mar no es que sea mudo. Es que está estupefacto por lo que pasa en la Tierra.
Esas luces que vemos allá a lo lejos son los acentos del relato que nos cuenta el paisaje.
Al final caeremos en la cuenta de que la revolución solo convierte la historia en histeria.