Cuando yo era pequeño solía ver carteles, en los autobuses o en los trenes, en los que se prohibía “escupir en el suelo”. O el que en los bares impedía – cuando ya la luna rielaba- cantar animadas jotas, habaneras o corridos mexicanos. En ciertos ambientes marroquíes que pueblan mi infancia tampoco se permitía fumar el kif, esa sustancia que Valle-Inclán llevó a su poemario titulado precisamente “La pipa de kif”. Recuerdo un establecimiento modesto de un pueblecito español queLee el resto…