Qué sea un secreto es justamente un secreto. Difícil de captar, más difícil de explicar, se mueve el secreto en la nebulosa de la incógnita, del misterio, de la máscara porque el secreto es eso: la máscara que se pone la realidad para juguetear con nosotros hurtándonos sus claves y envolviéndonos en sus emboscadas. El secreto puede ser ceñudo, tener malas pulgas, pero también juguetón siendo el secreto sacramental, el del confesor con su penitente, el de mayor enjundia yLee el resto…