El censor es el carcelero de la palabra.
Sólo a fuerza de contener su pluma pudo aquella celebridad mantener su prestigio.
Es Quevedo quien, en una de sus obras burlescas, se lamenta porque nadie en la sociedad que le tocó vivir dice “así lo calló fulano” sino “así lo dijo fulano”. Por eso propone quien fuera huésped involuntario del actual hermoso edificio de San Marcos en León que “ordenamos que haya cátedra para callar como las hay para hablar”. Está el poeta reivindicando con este texto el valor y los significados miles del silencio, una terapia hoy desprestigiada pues que vivimosLee el resto…
Los andamios de las catedrales son en realidad muletas que éstas utilizan para permanecer de pie en este mundo de incrédulos.
Cuando al levantarse comprobó que en ninguna de las gavetas de su escritorio, el famoso escritorio chapeado de concha de tortuga, ni en los cajones de la mesa se encontraba el libro (en cuarto) que le servía para anotar lances consumados y lances en proyecto, miró, con la esperanza ya perdida, en el arca. De nada sirvió tampoco, tal como se había temido, el registro que ordenó hacer en toda la casa a sus criados. Si el libro no aparecíaLee el resto…
Hace años,cuando los medios de comunicación eran tardos como paso de vaca,la llegada del cartero constituía un pequeño acontecimiento que tenía el privilegio de perturbar el cachazudo ritmo de los días.Porque con el cartero venían noticias de la novia,del hijo en Melilla (y,antes,incluso en Cuba o en Filipinas),del nacimiento de un nuevo sobrino,de la muerte de algún pariente o acaso el relato de menudencias familiares, detalladas con tan ingenua morosidad como original sintaxis o atrevida caligrafía.Con frecuencia,las cartas incluían losLee el resto…
Hace poco se ha venido abajo la estatua dedicada, en un pueblo de Cataluña, a un prócer de la política de aquella región. No por el impulso del viento o de alguna otra malaventura meteorológica sino por mano airada tras conocer el propietario de la tal mano que el prócer citado era un tunante -titulado en las mejores escuelas de tunantes- que al parecer se ha aprovechado de su cargo para ganar una fortuna, él y con él una parentelaLee el resto…
Razones de una despedida: Rosa Díez me ha cesado como jefe de la delegación de Upyd en el Parlamento Europeo. Aclaro que es un cargo no retribuido. Naturalmente Rosa Díez carece de competencia para tomar una decisión de esta naturaleza porque ni ella ni el Consejo de Dirección me nombraron para ostentar tal cargo que deriva de haber ganado yo las elecciones primarias convocadas al efecto. Mi posición en el Parlamento deriva de la voluntad de los afiliados expresada enLee el resto…
Las notas a pie de página son la ortopedia de los libros.
Esos feos silos que vemos al viajar son el insufrible mamotreto del paisaje.