Ahora resulta, lo leemos constantemente, que los partidos políticos tienen dos almas: la liberal y la totalitaria; la socialdemócrata y la filogolpista; la populista y la transversal; la trapacera y la rigurosa … y así seguido. A estas (des) organizaciones se les pueden consentir muchas extravagancias pero esta de las dos almas es ya inasimilable: ¡hasta aquí hemos llegado! De manera que los demás, usted, lector /a / e, y yo mismo, no disponemos más que de una para irLee el resto…