Precisamente ayer el director de este diario citaba, en su artículo dominical, la anécdota del molinero prusiano que invocó la existencia de jueces en Berlín para protegerse del atropello de una expropiación. Ahora podemos decir que, además de jueces, en Alemania hay policías eficaces que ponen a los delincuentes en manos del poder judicial para que este pueda hacer su labor. Desde que Carles Puigdemont, una vez consumado el golpe de Estado contra el orden constitucional, se fugó a BélgicaLee el resto…