Es Tocqueville quien en su libro más desconocido y más agudo, “Recuerdos de la Revolución de 1848”, escribe con melancolía “no es que desprecie a los mediocres, simplemente los frecuento poco. Los trato como a los lugares comunes: los respeto porque rigen el mundo pero me aburren profundamente”. El mundo está en efecto apuntalado por los tópicos; si se retiran, se desploma. ¿Hay alguna afirmación más exacta en la hora presente? El tópico es hermano de la superficialidad, ahora seLee el resto…