¡Ay, qué mareo me da el “postureo”! No, no es un cachondeo, es como si estuviera en el último jadeo y mi hormigueo en su apogeo. Hablando en serio anotaré que las idas y venidas de la actualidad política, con su rigodón de reuniones, ruedas de prensa, mohínes y órdagos, traerán avances vagamente positivos. En cualquier caso, contribuyen a renovar el lenguaje. Es la ventaja que tiene el hecho de que el diccionario sea de goma y producto -según losLee el resto…