El tiempo destruye pero también excava y, como el arqueólogo, coloca ante nuestros ojos los nobles secretos.
El tiempo destruye pero también excava y, como el arqueólogo, coloca ante nuestros ojos los nobles secretos.
Quien concilia bulos participa en un conciliábulo.
Presumido es quien se baña en el lago de los halagos.
Cuidado con el horizonte: cuando se enrabieta, se hace frontera.
Aquel hombre lleno de timideces solo se atrevía a sospechar sus sueños.
Esa gran ciudad rodeada de autopistas es lo más parecido a un pulpo de brazos asfálticos y pegajosos.
La nieve es el abrigo de pieles de las montañas.
¿Y si la nieve no fuera más que la caspa de los ángeles?
Desvelemos el misterio: ni el pistacho tiene que ver con el pisto ni el mostacho con el mosto.
Paradójico destino el de los chinos cuando vienen a Occidente: comprueban que ni la comida china es china nilos barrios chinos son chinos. Todo es un cuento chino.