Quedó claro en la anterior Sosería que la alcaldesa de Gijón no ha prohibido los toros en su territorio por observancia de la ideología del partido político al que pertenece y ello sencillamente porque las ideas de tal partido se inscriben en el espacio tambaleante de lo esponjoso, lo dúctil, pultáceo o maleable: hoy defiendo aquí lo que mañana combato allí. Convengamos por ello en que el apoyo de la fulminante decisión antitaurina se encuentra en el hecho de queLee el resto…