Parece que la palabra “posverdad” va a ser elevada a los altares del Diccionario de la RAE que es el lugar donde se acogen los vocablos bienaventurados, los que han alcanzado la felicidad y pueden circular libremente en las conversaciones y en las novelas. Porque el diccionario es el puesto fronterizo, allí donde han de detenerse quienes juguetean con el lenguaje para enseñar la mercancía con la que trafican y donde se comprueba si han pagado el tributo pertinente. SinLee el resto…