Toda campaña electoral supone un torbellino de mensajes, y a veces incluso de ideas, que tienen como objeto enriquecer la democracia. Ese es el destino de las elecciones: formar mayorías de gobierno y comprobar la salud del sistema. Alemania es un buen ejemplo de cómo, a lo largo de su historia, se han logrado entender formaciones políticas muy alejadas entre sí: cristianodemócratas con liberales, socialistas con liberales y también con cristianodemócratas y con verdes, un panorama que se puede complicarLee el resto…