La vida de los españoles, la de quienes la conserven y no sean arrastrados por el maldito virus, se hace cada vez más alegre y entonadilla, sobre todo porque van desapareciendo los obstáculos antiguos que tanto nos han perturbado. En estas crónicas mías que llamo “soserías” ya se ha dado cuenta de los avances. Por ejemplo, cómo hemos suprimido los exámenes al descubrir que son un diabólico invento del franquismo destinado a rendir cuentas de lo que sabíamos ante unosLee el resto…