Rubens, Pedro Pablo, quedó satisfecho porque el cuadro del sátiro y las ninfas había salido lucido y la dirección del museo de Prado ya le había asignado una sala con orientales. Las ninfas se pusieron zalameras con Pedro Pablo quien accedió a adornarlas con unos rizos para disimularles las canas. Por lo demás, todas ellas exhibían formas nutridas.
Se dispersaron entonces para volver a sus juegos mitológicos, a la lira y a la cítara.
La ninfa Amelia estaba muy protestona:
– Esto de ir siempre desnuda no me gusta ni una miajita. Se le ve a una la celulitis y sobre todo ¿por qué no podemos las ninfas ponernos un fular estampado de rebajas?
La ninfa Amalia añadió:
– Y encima estar siempre en las copas de los árboles, en los arroyos y en las grutas ¡con lo húmedo que está todo! Quita ya … ¿sabes que te digo? Ejerzo mi derecho a la autodeterminación biológica.
La ninfa Amelia se unió a la idea.
Ambas, empero, cavilaron: ¿se harían sátiros o faunos?
– Estoy harta del sátiro Aurelio, todo el tiempo sobando y lanzando gemidos porque soy apretada de pechos.
– Y yo, además, compacta de glúteos.
Como los faunos son más mirados o eso creían ellas, decidieron ser faunos.
– Acabaremos con la brecha de género – se conjuraron ante el oficial de la Oficina de Autodeterminaciones.
Y así fue cómo la ninfa Amelia pasó a ser el fauno Arturo y la ninfa Amalia el fauno Avelino.
Muchas ninfas del bosque mitológico las siguieron y las convirtieron en heroínas:
– ¡Se acabó estar metidas en una gruta y en el manantial de aguas cristalinas!
– Eso, eso: a hacer el bruto y el salido como los varones mitológicos.
Entonces, al sátiro de mayor autoridad, que tenía prestigio porque salía en una nota a pie de página de la geografía de Estrabón, se le ocurrió la profética idea:
– Nos autodeterminamos nosotros también y nos hacemos ninfas, nereidas y náyades.
El coro fue atronador:
– Y a las grutas a depilarnos y a cantar baladas con las flautas.
– Yo quiero ser ninfa fluvial – se oyó a un sátiro que iba de empoderado por la mitología.
El sátiro con mayor categoría anunció:
– Le diré a Homero que nos saque en la Odisea.
Y así fue cómo los sátiros se convirtieron en ninfas y las ninfas en faunos.
Y todos siguieron haciendo lo mismo solo que con los papeles cambiados.