Escenas históricas: XX Cotilleos de serrallo

No muy lejos se oían rumores de zambra y el eco de las dulzainas y chirimías y el ritmo de panderos y sonajas se enredaba con el canto alegre de los surtidores. En uno de los patios del serrallo y muy cerca de la habitación de la negra Subh, que se encontraba enferma, se chismorrea.

EL EUNUCO BAYASI.-La historia completa la conozco por lo que tengo escuchado en los baños y al recitador en el zoco de las especies.

LA CONCUBINA FAYE.-Cuenta,cuenta,eunuco…

EL EUNUCO BAYASI.-Oye, concubina, sin insultar que no cuento nada.

LA CONCUBINA FAYE.-Aquí eunuco es un título, Bayasi, como será el de perito industrial o interventor de los ferrocarriles en los siglos venideros. A mí me llaman hoy concubina y dentro de unos años me llamarían entretenida, que parece más elegante pero es lo mismo pues sólo se sustituye el lío este del harén con tantas menstruaciones a la vez por el apartamento en una comunidad horizontal…

TODAS LAS CONCUBINAS.-¡La misma postura de ahora!

LA CONCUBINA FAYE.-…¡No,no penseis lo que no es!: será donde se alojen en el futuro a nuestras compañeras, según me ha dicho el sabio Ibn Saud, que, aunque sodomita, lee en pergaminos viejos y monta bizarro el caballo.

LA CONCUBINA HABIBA.-Dicen que la sultana madre se pirria por el extranjero…¿Es tan guapo?

LA CONCUBINA MORAIMA.-Es viejo …y fiel a la cristiana…

EL EUNUCO BAYASI.-¡Como que le salvó la vida!

LA CONCUBINA FAYE.-Las mujeres no salvamos la vida a ningún hombre. Nos salvamos a nosotras mismas de la soledad.

LA CONCUBINA HABIBA.-Tú, Faye, escucha a nuestro amigo Bayasi, que es eunuco de prestigio por ser el más cabalmente amputado de todos los eunucos y no filosofes como Averroes que tenía que ganarse la vida el pobre instruyendo a los sultanes y abriéndoles la mollera. Tú ¡conténtate con abrir lo que El que todo lo vé y nosotras sabemos!

LA CONCUBINA MORAIMA (que tenía fama en el harén de culta pero bulliciosa).-Dice bien nuestra compañera la daifa.¡Viva Habiba!

EL EUNUCO BAYASI.-Cuentan, pero Alá es el más sabio, que este hombre que aquí,entre nosotros,se hace llamar Osmán y que tantísimo enreda fue entre los comedores de cerdo un noble llamado Riperdá que llegó a ser los ojos y los oidos del rey de España…

LA CONCUBINA FAYE.-(Que tenía la manía de interrumpir y fue reprendida por ello pues interrumpía hasta los coitos y, además, en los apogeos):¿Y de la reina? ¿Qué fue de la reina?

EL EUNUCO BAYASI.-La reina de España, que era la señora Isabel de Farnesio, no podía traficar con subordinados por más que hubiera querido porque tenía la grande humanidad del rey de España encima todas las horas pares y los meses que tenían erre incluso las impares. Se dice que daban más voces en el acto que un muecín bien alimentado…

LA CONCUBINA HABIBA.-El eunuco Bayasi se pierde.¡Al meollo,eunuco,al grano!

LA CONCUBINA FAYE (con tono calmoso y didáctico).- Habiba, aquí al sidi,no le gusta que le recuerden la dolorosa mengua de…

LA CONCUBINA HABIBA.-Perdón:¡al grano,Bayasi,al grano!

EL EUNUCO BAYASI.-Así está mejor.Cuentan en el zoco de las especias y pido la inspiración de Aquel que nunca duerme para repetirlo de la mejor manera posible que Osmán o sea Riperdá, por su ambición,porque quería llegar a lo más alto en la corte de Madrid, un buen día entre los días se cambió de religión…

TODAS LAS CONCUBINAS (Con esos ojos enormes que tienen las concubinas bien usadas).- Para seguir al Profeta…

EL EUNUCO BAYASI.- No, eso fue más tarde. En aquella época simplemente cambió de secta pero siempre dentro de los infieles que adoran a Dios sin lavarse las manos:de la religión que se llama católica y que dirige el papa de Roma se pasó a la protestante que nadie sabe quién dirige y así llegó de embajador a España. En España se dió cuenta en menos tiempo de lo que dura la recolección del azafrán que podía embaucar a los monarcas españoles pero que era preciso volver a seguir al papa de Roma y así lo hizo…

LA CONCUBINA FAYE.- ¡Vaya lío!:que Alá me perdone pero cambiaba de religión como un jeque cambia de concubina que yo tengo visto al que puede llegar a cabalgar hasta cuatro en una misma noche…

EL EUNUCO BAYASI.-Más o menos.Tuvo que pagar mucho por ello pero también creyó ganar muchas indulgencias. (Bajando la voz pero con la risa pintada en los ojos):las indulgencias son la forma con que los infieles que no se bañan intentan sobornar a su Dios y, por esta vía, ganó el gobierno de España y todos los asuntos pasaron a estar bajo su control hasta que…

LA CONCUBINA MORAIMA.-Alá, que siempre vela, lo llamó a su seno…

EL EUNUCO BAYASI.-No, a su seno lo llamaba sólo la señora Francisca Eusebia, su segunda esposa, que tenía bigote como el albéitar Ibrahim…Decía que llegó a tener todo bajo su control hasta que se descubrieron los enredos que había organizado entre las cortes de Madrid y de Viena y lo hicieron preso…

LA CONCUBINA HABIBA.-¿Y cómo llegó hasta aquí?

EL EUNUCO BAYASI.-Un día entre los días se le acercó en la prisión la hija del alcaide me imagino que sólo para decirle el selam y se enamoró de él con tanta buena fe…

LA CONCUBINA FAYE.-Que le ayudó a escaparse…

EL EUNUCO BAYASI.-…Exacto, se llamaba Josefa y es la mujer que ahora le calienta la cama. Por eso le es fiel y abandonó a aquella Francisca Eusebia que le recordaba a un condestable de su tierra. Pero no vino aquí directamente sino que viajó por la Europa de los infieles y volvió a cambiar de secta para pasarse a los protestantes…

LA CONCUBINA MORAIMA.-¿De qué protestaban?

EL EUNUCO BAYASI.-¡Yo qué sé! Eso preguntáselo al sabio Ibn Saud.El caso es que sólo por ese cambio de secta se fiaron de él en otros sitios de la Europa infiel hasta que, movido de su ambición, decidió venirse a Marruecos donde asegura que ha visto la verdadera luz y ha sentido al verdadero Profeta…

TODAS LAS CONCUBINAS.-Ya,ya…

EL EUNUCO BAYASI.-Lo demás ya lo sabeis.Intriga con la sultana madre,con la sultana hija,con la sultana nieta y con todo sultán que se le ponga por delante y hasta con los eunucos pues a mí me ha prometido llevarme a un lugar de la Europa infiel donde me pondrían nuevos los órganos que serían testigos de mi devuelta virilidad…

Se levantaron las concubinas y salieron corriendo porque oyeron los lamentos de la negra Subh. El eunuco Bayasi, sentado en el alhamí de la puerta del serrallo, se miraba y decía para sí:

-¿Será verdad que los comedores de cerdo pueden restaurar mis partes menguadas?

 

 

Publicado en: Blog, Soserías

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